A principios del siglo XVII Ámsterdam era la tercera ciudad más grande de Europa e indiscutiblemente el centro financiero del continente. La “Verenigde Oost-Indische Compagnie”, fundada aquí, envió sus barcos hasta América, Asia y África, creando así las bases para una temprana red de comercio mundial.
A medida que más y más gente se mudó a Ámsterdam, se vieron obligados a construir nuevas casas y la ciudad comenzó a expandirse hacia el campo circundante.
En el curso de este proceso, se ampliaron los canales existentes, que hasta entonces habían sido zanjas puramente defensivas, y se construyeron numerosos canales nuevos.
Ya no eran instalaciones puramente militares, sino que se utilizaban para transportar mercancías desde y hacia los numerosos comercios y almacenes construidos directamente en el agua. También eran útiles para el drenaje de las marismas, que había que recuperar mediante la expansión de la ciudad.
La parte más famosa y bella de la ciudad es sin duda el “Golden Bend” (Gouden Bocht), que fue habitado por los patricios y comerciantes más ricos de Ámsterdam y que alberga los edificios más magníficos, como el “Huis de Neufville”, también conocido como la “casa más bella de Bocht”.